
La vuelta del Emperador se titula esta entrada de blog. Soy culé pero siempre me ha gustado el fútbol sudamericano. Soy seguidor de Boca Juniors allí, pero me apasiona el fútbol brasileño. Su liga tiene muchos equipos fantásticos como Gremio, Internacional, Santos, Fluminense, Corinthians, Palmeiras, Sao Paulo y muchos más. Me encanta ver la "torçida" gritar y volverse loca con sus respectivos equipos, el fútbol en Brasil es Religión y los niños que nacen en el país de los 5 Mundiales llevan como primer mandamiento, coger un balón a temprana edad. Algunos llegan a lo más alto y otros se quedan en el camino. Uno que tuvo esa inmensa suerte, la de ser futbolista profesional fue Adriano Leite. El ex-jugador del Inter de Milán es un delantero fortísimo, es un portento de la naturaleza, un roble que se hizo para meter goles y triunfar en el deporte rey. Marcaba goles de todos los estilos hasta que las malas compañías lo echaron a perder. El alcohol, las fiestas y las mujeres distrayeron al que posiblemente sería el delantero con más futuro del fútbol. Y no exagero. Adriano, reconoció al público que NO estaba en su nivel, que necesitaba parar, descansar, volver a Brasil y volverse a sentirse querido por su patria. Así lo hizo, abandonó el Inter de Mourinho y regresó a casa. Le esperaban con los brazos abiertos, allí es casi un Dios. Decidió jugar en el Flamengo, en el Maracaná, ante más de 150.000 personas. Necesitaba sentirse importante, idolatrado, lejos de las cámaras, lejos del dinero europeo, de la prensa europea y lejos de las malas compañías. Ayer haciendo zapping por la plataforma de Digital Plus, me paré en el partido Flamengo-Internacional, Estadio de Maracaná, me dije "vamos a verlo", y presencié un Hat-trick de "El Emperador". Vi a Adriano jugar bien, participar, meter goles, pero sobre todo lo vi sonreír. ¡¡A volta do Imperador!!.

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